jueves, 6 de enero de 2011

Hoy el Universo se regala un alma: in Memorian de Olivia





Porta sonoro y delicado nombre: Olivia.
Blanco, sí, blanco su pelaje:
en invierno compite radiante con la nieve
deja al pasar livianas huellas,
Igual que hojas que el viento arranca de los árboles,
verdes almanaques
que desgranan el tiempo por eones.



Qué envidia del universo
hoy recibe a Olivia
y yo aún no estoy invitado
a recibirla.
Ella me esperará seguro,
cuando sea yo quien la visite
y quedarme para siempre com ella
pidiéndome que mi mano
se desnude de amor
sobre su níveo cuerpo.



Hoy el sol no pinta con su luz
las paredes encaladas de mi alma.
Se reserva todo su esplendor
para iluminar su camino.
Homenaje de oro ,
refulgir de brillos incandescentes
en su alma ambarina.


Cuanto revuelo habrá esta noche
entre los ángeles:
Ninguno de ellos puede igualar
esa mirada
pura y cristalina
donde tu vida se refleja
como en un estanque,
profundo e insondable.



Ahora te veré en cada instante,
como espejismo en la piel
transparente de cristal
de mi existencia
elegante y sólida.
Como peso que me ancla
en el saber
profundo de las cosas,
en los misterios la vida
que tu haces que sean sortilegios
de dulzura y silencios
sonoros.



Tu ronroneo será una nota vibrante
en la oquedad que dejas.
Otra forma de habitar el desconsuelo
de no tenerte junto a mi.
Recuerdo musical elegante y cadencioso
Como tu pasar felino.


Hoy tu llegada será festiva.
En mi, en cambio,  me debato
entre la tristeza de tu marcha
y la inmensa alegría,
la alegría de haberme regalado
tu vivir con nosotros.



A Olivia